Maternidad subrogada: causas que dan origen
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Cuando se convirtió en padre, Joan Antoni, escritor y guionista, tomó una decisión: dejó de trabajar, al menos durante un tiempo. Su caso es un tanto particular, porque es autónomo, pero lo que cuenta es que decidió tomarse un respiro laboral para poder cuidar de su hija, estar presente en sus primeros meses de vida. Álvaro, periodista, también se movió para disfrutar de las primeras semanas de vida de su hija. Como su mujer no trabaja, no pudo tomar parte de su permiso de maternidad. En cambio, cogió 21 días del permiso de lactancia de su pareja, que añadió a los 15 que la ley le concede como padre. Carlos, jefe de proyecto en Orange y padre de gemelos por gestación subrogada, no quiso perderse sus primeros meses y, entre la baja de maternidad, la lactancia, permisos y una excedencia, estuvo nueve meses dedicado en exclusiva a sus bebés. Bruno también sacrificó su trabajo de profesor de yoga y asumió la crianza de su hija pequeña, mientras su mujer, autónoma, tomaba el protagonismo laboral.
Son algunos ejemplos de una tendencia en ascenso, en España y en el mundo, la de padres que se implican en gran medida en el cuidado, crianza y educación de sus hijos, aun sacrificando un tanto su vida laboral. Aunque en aumento, es una corriente aún minoritaria, al menos si atendemos a algunos datos. Por ejemplo, según las estadísticas de la Seguridad Social, aunque un 85,7% de los padres disfrutaron de sus 15 días de permiso de paternidad, solo 5.208, el 1,87%, tomaron el año pasado algún periodo de la parte transferible del de maternidad. Este consta de 16 semanas, de las cuales las seis primeras están reservadas en exclusiva para la madre. Las 10 restantes pueden repartirse como la pareja decida. En la práctica, como se ha dicho, más del 98% de estos permisos, 273.000 sobre 278.000, fueron disfrutados por las madres, un porcentaje que se eleva ligeramente desde 2006, cuando fue del 1,63%. Otro dato es que la tasa de actividad de las mujeres se resiente desde el momento en que son madres. Así, las mujeres de 25 a 49 años sin hijos tenían en 2012 una tasa de empleo del 66,8% y se reducía en caso de tenerlos (al 61,8% con un hijo menor de 12 años, al 57,5% con dos y al 48,8% con tres o más), según datos del informe Mujeres y Hombres en España 2014 del Instituto de la Mujer (página 53). En cambio, estos porcentajes no solo no caen, sino que aumentan en el caso de hombres en la misma situación. Finalmente, según el estudio Empleo y maternidad: obstáculos y desafíos a la conciliación de la vida laboral y familiar publicado por Funcas, los hombres que en 2010 solicitaron una excedencia no remunerada para cuidar a sus hijos apenas llegaron al 3,3%, por un 22.5% de las mujeres.